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Archivos de Castilla y León
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El trabajo dirigido en la Corona de Castilla por el Marqués de la Ensenada como secretario de Estado de Hacienda durante el septenio 1750-1756 significó el primer peldaño de la Historia Contemporánea del Catastro español adelantándose unos decenios al general cambio que marcó la revolución francesa de 1798.
El Catastro del Marqués de la Ensenada conseguiría inventariar la riqueza individual de todos y cada uno de los ciudadanos de la Corona de Castilla. Su finalidad fue el establecimiento de una única contribución, un único impuesto universal y proporcional a la riqueza de cada uno de los contribuyentes, sustituyendo así a la multitud de figuras impositivas existentes hasta entonces, conocidas como rentas provinciales, y que recaían únicamente sobre la parte productiva de la población: el “común” o “pueblo llano”.
La obra del
Marqués de la Ensenada
, se extendió a las más de 15.000 localidades repartidas en las 22 provincias que conformaban la Corona de Castilla, a sus algo más de 6,5 millones de personas físicas, y a un número indeterminado pero elevadísimo de personas jurídicas (concejos, monasterios, catedrales, colegios, hospicios, hospitales, capellanías, mayorazgos, beneficios…). Se documentaron más de 80.000 legajos y libros manuscritos, conteniendo una información de carácter territorial, demográfico, económico y sociológico única en la Europa del momento. El Catastro de Ensenada sentó las bases sobre las que hoy se edifica la fiscalidad, equidad y consenso social, y que en aquellos años fueron la causa de su fracaso, en una España incapaz de asumirlos.