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Archivos de Castilla y León
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Juan Rodríguez de Figueroa también fue presidente del Consejo de Órdenes, entre 1559 y 1563. Como caballero de la Orden de Santiago, ejerció de comendador en Villanueva de Alcaraz (después Villanueva de la Fuente) en la provincia de Ciudad Real y de la de Hornachos en Badajoz. Siendo comendador y presidente del Consejo de Órdenes se le concederá licencia para llevar sin ningún tipo de limitación el hábito de la Orden.
Ostentar el hábito de las Órdenes Militares suponía en la mayoría de los casos un notable ascenso en la escala de la jerarquía nobiliaria y la pertenencia a una distinguida institución, satisfaciendo así las aspiraciones de poder, riqueza, prestigio y privilegio. El propio Lope de Vega en La gallarda toledana hablaba del valor de los hábitos de Calatrava y Santiago a la par que el dinero, incluso como prendas estimables a la hora de contraer nupcias. En este sentido, su uso abusivo e indiscriminado hacía que sus portadores no paresçiesen honbres de orden y rreligion. Estos excesos intentarían ser corregidos en las Cortes de Madrid de 1551, en las que se limitaría su uso de la siguiente guisa y que nos reproduce el propio documento:
En las cortes de Madrid del año mill y quinientos y cincuenta y uno sobre los trages se hizo: y proybimos que de aquí adelante no se de liçençia alguna para que de lo contrario deste establecimiento se use, sino fuere estando en la guerra o en casamientos de prinçipes o hijos propios o en alguna fiesta o rregoçijo que por su magestad [Carlos I] o por mi [el príncipe Felipe] fuere mandado.
Observancia de la que estará exento Juan de Figueroa como presidente del Consejo de Órdenes:
Os doy liçençia y facultad para que las rropas que conforme al dicho establecimiento podeys vestirlas, las podays traher y traygays preçiosas, y de la suerte y calidad que por bien tuvieredes sin que por ello caygays ni yncurrais en pena ni desobediencia alguna.
Consejo de Órdenes Militares
El Consejo de Órdenes Militares se constituye en 1498 al obtener la Corona los mayorazgos de las órdenes militares de Calatrava, Santiago y Alcántara (la de Montesa se incorporaría ya en el S. XVI), pero no será hasta 1523 cuando se convierta en órgano permanente para la gestión de dichos mayorazgos. Tenía funciones consultivas, administrativas y judiciales. En los asuntos temporales actuaba en nombre del rey, a quien representaba, y en el orden espiritual, actuaba con poder concedido expresamente por el papa.
Comendador
El comendador en origen era un caballero de hábito de una Orden que después de cumplir los requisitos exigidos a los profesos y jurar los votos podía optar a una encomienda, lo que le facultaba para administrar sus poblaciones, rentas y derechos. De esta forma la encomienda se convertía en el objeto deseado de todo caballero de hábito. Tras la incorporación perpetua de los maestrazgos de las Órdenes