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La Constitución de 1812

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La llamada Constitución de Cádiz fue promulgada en esta ciudad el 19 de marzo de 1812, día de San José, del que tomó el sobrenombre de “La Pepa”. Se elaboró en las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación, convocadas por el Consejo de Regencia, el órgano de gobierno del país, refugiado en Cádiz de la invasión napoleónica.

La de 1812 fue la primera de una serie de constituciones que se redactaron en la España decimonónica como consecuencia de la continua alternancia política en el poder y como reflejo de los avances y retrocesos de absolutistas y liberales, o de liberales progresistas y moderados. Le precedió el Estatuto de Bayona de 1808, dado por el rey francés José I, y le sucedió el Estatuto Real de 1834, una carta otorgada por la que el rey recuperó su poder absoluto, aunque tuvo escasa vigencia. Consolidado el liberalismo, se promulgó la progresista Constitución de 1837, a la que siguió la moderada de 1845, la non nata de 1856, la democrática de 1869, el proyecto republicano federal de 1873 y la Constitución monárquica de 1876. Ya en el siglo XX, vio la luz la Constitución republicana de 1931 y la actual democrática de 1976.

Todos estos textos constitucionales divergían en cuestiones fundamentales como la soberanía, el sufragio o las libertades individuales. La de Cádiz promulgó la soberanía nacional y la división de poderes: el poder legislativo en un parlamento unicameral con el rey, el poder ejecutivo en el rey y el poder judicial en los tribunales. Aunque no dedicó un título específico a los derechos humanos, a lo largo del texto recogió algunos de ellos:

  • Estableció el sufragio masculino indirecto, dando el derecho al voto a los varones mayores de edad.
  • Promulgó la igualdad de las personas al proclamar la unidad de Códigos y Fueros.
  • Reconoció la libertad de imprenta y de expresión, con la excepción de la libertad de creencias, incompatible con la confesionalidad del estado y el principio de la unidad religiosa.
  • Contempló el derecho a la seguridad personal y jurídica, aboliendo la tortura y reconociendo el habeas corpus y el derecho a la inviolabilidad personal y del domicilio.

Aunque apenas llegó a tener vigencia (sólo desde su promulgación hasta el regreso de Fernando VII el 4 de mayo de 1814, durante el Trienio Liberal -entre 1820 y 1823- y en una breve fase anterior a la Constitución de 1837), la Constitución de Cádiz es considerada un símbolo del constitucionalismo español y en ella está el germen del estado democrático contemporáneo.

Para saber más: La Constitución de 1812. Fuentes y enlaces

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