Primer reconocimiento: el Nadal

La trayectoria literaria de Miguel Delibes se inaugura con un importante premio, el Nadal, que obtuvo en 1947 con su primera novela, La sombra del ciprés es alargada. El premio había sido creado en 1944 por la edito­rial Destino en colaboración con una serie de críticos lite­rarios que actuaban como jurado. El objetivo era refundar la novela española, tras la guerra e inmediata posguerra. El título premiado en la primera edición (1945) fue Nada, de Carmen Laforet. Delibes siempre lo reconoció como el li­bro extraordinario que es, de la misma manera que siempre alabó la importante labor del Nadal como venero de nuevos talentos, especialmente en sus primeras décadas.

Sin embargo, el vallisoletano nunca hubiese obtenido este importante galardón de no ser por su esposa, Ángeles: ella fue quien le animó a leer a diferentes autores, muchos de ellos extranjeros; ella, también, le dio fuerzas para concluir su manuscrito a tiempo y enviarlo al certamen.

En aquella primera novela, La sombra del ciprés es alargada, ya encontramos algunas de las constantes que más adelan­te aparecerán de diferentes modos en todas las novelas del escritor, como la amistad y, fundamentalmente, el temor a la muerte de los seres queridos, un asunto central en su obra. Aunque Delibes siempre consideró que se trataba de una novela inmadura, con fallos propios de una obra primeriza, los lectores continúan cayendo bajo el hechizo de su suge­rente título.