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Archivos de Castilla y León
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La Sección Femenina se creó en 1934 como rama femenina del partido político Falange Española y de las JONS. Al frente de la organización estuvo desde el principio Pilar Primo de Rivera, hermana del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera.
En sus primeros años su actividad se centró en labores de enlace, apoyo y asistencia a los presos políticos falangistas y a sus familias. En julio de 1936 la organización tenía unas 2.500 militantes.
A partir del estallido de la Guerra Civil, la Sección Femenina se expandió y aumentó su influencia exponencialmente en la zona sublevada, organizando la asistencia básica a la población de los municipios conquistados y apoyando a las familias de caídos y heridos de guerra. En el ejercicio de estas labores asistenciales coexistieron en franca competencia con otras organizaciones como las Margaritas carlistas, Acción Católica o el Auxilio de Invierno.
El respaldo institucional le llegó a la Sección Femenina en 1937, cuando el Decreto de Unificación estableció un partido único con la unión de falangistas y carlistas en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, disolviendo así los demás movimientos políticos y convirtiendo a la Sección Femenina en la única organización política de mujeres de la zona sublevada.
Pasó a depender directamente de la Secretaría General del Movimiento, se creó una Delegación Nacional a cargo de Pilar Primo de Rivera y se determinó su organización en torno a nueve Regidurías que abarcaban todos los campos de acción de la mujer. Además, se le encomendó la dirección del Auxilio Social, heredero del antiguo Auxilio de Invierno, y en 1939 se le entregó el control del recién creado Servicio Social de la Mujer.
Al final de la Guerra Civil el número de militantes llegó a 900.000, alcanzando así su máximo histórico.
En la postguerra se consolidó la labor de adoctrinamiento de la mujer bajo las premisas del nacionalcatolicismo, educando a las jóvenes para que adoptaran un papel secundario respecto al hombre, y para que sus máximas aspiraciones se desarrollaran dentro del hogar, siendo además, buenas católicas y patriotas. A pesar de su carácter deliberadamente tradicionalista, hay que valorar la labor que llevó a cabo en las áreas rurales y en las clases deprimidas, ayudando a las mujeres a mejorar la higiene y la alimentación de sus familias, creando orfanatos y organizando el Auxilio Social.
La Sección Femenina también formó parte de la educación reglada, ya que se encargó de impartir en el bachillerato las asignaturas de Formación del Espíritu Nacional, Educación Física y Hogar.
Tras la muerte de Franco, por Real de Decreto de abril de 1977, se suprimió la Sección Femenina. Algunas de sus secciones como los Círculos Medina o los Coros y Danzas de España pervivirían algún tiempo más.
Las fotografías que forman parte de esta exposición virtual forman parte del fondo fotográfico de la Delegación Provincial de la Sección Femenina de Salamanca (Archivo Histórico Provincial de Salamanca).